lunes, 15 de diciembre de 2008

Para no olvidar

El recuerdo nos devuelve la memoria. Siempre está latente.Asechándonos. Haciéndonos vivir aquellos momentos que seguro ya no volverán.
Pueden ser duros, pueden ser hermosos. Pero seguro se quedarán grabados para siempre. Como una herida que no se va y cada tanto la curamos para que no sangre.
Así las utopías, dejaron de estar presas en la oscuridad, salieron a la luz. Las gargantas gritaron con inmensa alegría los gritos más fuertes que estuvieron acallados. Ya no era lo mismo. Había un aire distinto. De fiesta, de primavera al amanecer refrescando. Trayendo un soplo de aura que alivió hasta los corazones más descreídos. La buena nueva se desperdigo por toda la geografía, llenó de cantos hasta los rincones más inhóspitos. Contagió con su esperanza a un pueblo que solo sabía de largos inviernos. Ya no se puede callarla. Hoy vale más que nunca. ¡Como no protegerla si costó tanto!

Se abrieron para siempre los caminos hacia adelante. Ahora la libertad expresada de incontables maneras es la señal que marca nuestra vida, la que cumple nuestros anhelos. También la música, que se escapó del ostracismo trajo sus acordes de mil melodías. Así, se unieron las voces para cantarle al amor, a la tierra, a la liberación, en definitiva a la savia nueva.
Las letras corren alborotadas con la tinta fresca sobre las hojas sueltas que juegan perderse en las manos. Los mensajes volaron por cielos surcados de palomas, que van y vienen a distintos rincones dejando uno a uno en cada puerta. La lluvia se llevó las cenizas del volcán en erupción. Solo se ve el arco iris que dibuja en el horizonte y toca con sus reflejos a los corazones que acaban de despertar de un largo sueño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario